DaimlerChrysler tomará medidas drásticas para dejar de perder dinero con Smart. La más radical de todas será fabricar sólo el modelo Fortwo, abandonando la producción del forfour, e integrar completamente la organización de Smart en la de Mercedes-Benz.

Esta decisión equivale a la desaparición de Smart como compañía independiente y sus pequeños modelos serán expuestos en los concesionarios de Mercedes-Benz. Desde el punto de vista laboral, las repercusiones del plan podrían ir más allá de la mera reducción de 300 puestos de trabajo en las oficinas alemanas de Boeblingen. Se supone que una integración completa con lleva también la absorción de la organización comercial de Smart, incluyendo la de su red de distribuidores.

Smart anunció recientemente la firma de un principio de acuerdo con el consorcio británico Project Kimber, al objeto de cederle la licencia para la producción del modelo Roadster.

El principio de acuerdo prevé la firma de un contrato que otorgará a Project Kimber la licencia para rediseñar, producir y comercializar los modelos Roadster y Roadster Coupé de Smart bajo una marca diferente.

Se estima que el coste del actual plan de reestructuración ascenderá a 1.000 millones de euros, que vendrán a sumarse a los 4.000 que se cree que lleva perdidos Smart desde su nacimiento en 1998. Smart jamás ha tenido beneficios y lo que se pretende ahora es repartir sus costes con los de la organización Mercedes, al objeto de frenar la sangría.

Las ventas tampoco han alcanzado los niveles previstos en momento alguno. En 2005 sólo se llegó a 143.000 unidades, incluyendo 43.700 del modelo ForFour. Pese a que Dieter Zetsche, presidente de DaimlerChrysler, no ha descartado un lanzamiento del Smart en Estados Unidos, la decisión no acaba de tomarse. DaimlerChrysler va a seguir adelante con el proyecto de sacar un nuevo modelo del Smart al año que viene.