A las 12:36 del mediodía, en los ensayos libres del Premio de Rusia de Fórmula 1 el mundo se paro durante unos segundos para que las cámaras pudieran encontrar el Toro Rosso de CARLOS Sainz JR estampado en unas barreras de protección.

Los médicos acudieron inmediatamente para saber en qué estado estaba el piloto, mientras que lo sacaban del interior del monoplaza. Minutos después de estar fuera del circuito, Carlos desde dentro de la ambulancia, y completamente inmovilizado, hizo un gesto que tranquilizó a la muchedumbre.

"El piloto está bien, estable y consciente, y ha hablado con los doctores pero tenemos que asegurarnos. Además, habló con el equipo de extracción tras el accidente e incluso quería quitarse el casco él mismo", señaló el portavoz de la FIA, Matteo Bonciani, ante los periodistas.

El equipo de extracción del trazado ruso empleó diez minutos para sacar al piloto del monoplaza para luego llevarle en ambulancia al centro médico del circuito para un primer examen. Tras ello, Sainz fue trasladado en helicóptero a un hospital cercano.

“Como podéis ver estoy bien, no ha sido nada. Un susto gordo, pero solo un susto. En todo momento he estado consciente e incluso debajo de las barreras intentaba hablar con el equipo por la radio, pero ellos no me escuchaban. Me han traído aquí, me han hecho todo tipo de pruebas y no tengo nada. A ver si con un poco de Ibuprofeno y descanso mañana estoy bien para correr”, colgó el madrileño, que inicialmente debía pasar la noche en observación. La estructura de Faenza, en cualquier caso, agilizó los trámites y consiguió pudiera dormir en el hotel, dando por sentado que formaría en la parrilla de salida del domingo siempre que los comisarios médicos de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) le den su autorización.